La entrada del nuevo siglo trajo consigo una oleada de nuevos álbumes, con un nivel creativo y madurez en las bandas españolas nunca visto. Buena prueba de ellos son los intocables Tierra Santa. Estuvieron liderando la escena nacional durante toda una década junto a Warcry y Mago de Oz. Ángel, Arturo, Roberto, Iñaki y Tomy no destacaron por su virtuosismo individual, ni por su innovadora puesta en escena, ni siquiera salieron de los canones establecidos en el heavy metal clásico de la época. Cual fue entonces la clave de su éxito? Sin lugar a dudas la temática de sus letras, lo poderoso de su sonido y como Ángel, su vocalista, es capaz de relatarlo. Cada canción era una aventura, una mitología, un hecho histórico, una batalla, una leyenda, un héroe literario... y pese a quien pese aprendías mas con ellos que con tu profe de historia. Se dejaban de rodeos y dobles sentidos, aquí había letras como "el rompió sus cadenas de esclavo, donde su sangre cayó. Encontró a quien lo había encerrado y con su vida acabó". Llenaban en los directos y esto los llevó a girar con el mismísimo Dio. La canción del pirata la dividen en 2 cortes. Ambos difieren ampliamente. Mientras en el primero predominan las guitarras eléctricas y batería propios del heavy, en la segunda parte el ritmo baja hasta lo que podría parecer una versión acústica del anterior. Dos interpretaciones para homenajear, merecidamente, a Espronceda. Como dijo Pérez Reverte, Tierra Santa consiguió lo que no habían conseguido 30 años de reformas educativas: que miles de personas cantaran a Espronceda sin saltarse una coma...
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