Uno de los padres del Black Metal nos trae un tema que imprime toda la esencia pagana, lleno de odio, con muchos cambios de ritmo y unos fulminantes blast beats. El frío y áspero paisaje sonoro de las guitarras evoca imágenes de negros bosques nórdicos, mientras que Frost golpea sus tambores con ese aire apagado y siniestro. Luego llega una breve calma, pero la tormenta se avecina en un final devastador, melódico pero depresivo, veloz y tenso, con riffs de ultratumba que reclaman venganza y tienen sed de sangre. Satyr suena malvado y poseído toda la canción con una interpretación vocal realmente inspirada. Es sin duda un manifiesto sobre el concepto que define al Black Metal Noruego, la añoranza por sus ancestros, valientes guerreros que fueron domesticados.
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